En una animal muy simple, como puede ser la lombriz de tierra, el cuerpo es un tubo dividido en segmentos. Dentro del cuerpo se encuentra un conducto formado por células nerviosas que también se divide en segmentos. Cada segmento de células nerviosas recibe fibras que llegan desde los receptores sensitivos cercanos a él y envía fibras aferentes a los músculos de esa zona del organismo. Cada segmento del cuerpo y de la célula nerviosa es una unidad funcional en la lombriz de tierra, aunque las fibras los interconectan y coordinan su actividad. Este esquema básico también puede aplicarse al cuerpo humano.
La médula espinal se ubica en el interior de la columna vertebral ósea, un serie de vértebras categorizadas en cinco regiones anatómicas desde la parte superior hasta la cola: cervical (C), torácico (T), lumbar (L), sacro (S) y coccígeo.

(De izquierda a derecha: sección cervical, sección torácica, sección lumbar, sección sacra y coccígea)
Cada segmento de la médula espinal se conecta a través de fibras nerviosas al dermatoma corporal del mismo número, incluidos los órganos y la musculatura que subyace dentro del dermatoma. A grandes rasgos, los segmentos cervicales controlan los miembros superiores, los segmentos dorsales, el tronco y los segmentos lumbares, los miembros inferiores.

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