MIELENCÉFALO

Dentro del mielencéfalo podemos encontrar dos estructuras importantes:

Bulbo raquídeo

Con una forma semejante a un cono, se trata de la estructura del sistema nervioso que conecta el encéfalo y la médula espinal (de ahí otro de sus nombres, médula oblongada), limitando con la decusación de los haces piramidales y la protuberancia.

En el bulbo raquídeo se pueden encontrar conexiones nerviosas tanto motoras como sensoriales, pasando a través de él los diferentes tractos nerviosos. Se trata de un núcleo neurovegetativo, encargándose del mantenimiento y funcionamiento de los órganos de forma automatizada y ajena a la consciencia. Mantiene asimismo las constantes vitales. Se trata pues de una zona de gran importancia para la supervivencia del ser humano.

Los núcleos bulbares regulan funciones vitales como la respiración y el funcionamiento del sistema nervioso cardiovascular. El daño de esta región interrumpe la respiración y la función cardiaca y, por lo tanto, puede ocasionar la muerte. 

Formación reticular

El tronco del encéfalo contiene una compleja y heterogénea matriz de neuronas, conocidas como formación reticular, dentro de la cual existen varios núcleos identificados individualmente. La formación reticular realiza diversas funciones importantes, la percepción del dolor y la regulación de los sistemas cardiovasculares y respiratorio. 

Tras varios estudios se llegó a la conclusión de que otra función de formación reticular es controlar el sueño y la vigilia, es decir, mantener el estado de alerta general o conciencia. Por consiguiente, la formación reticular paso a conocerse como sistema activar reticular. El daño de esta área puede producir perdida permanente de la conciencia. 

También tiene amplias conexiones con los núcleos de los nervios craneales, con el cerebelo y con el tronco del encéfalo, y con los mecanismos motores de la medula espinal, a través de los cuales influye en el movimiento, postura y tono muscular.